“Hay sentimientos que el corazón los acaba mostrando
aunque
uno no quiera verlos"
Un fuerte temor se cuela por dentro al ver ese rincón que
siempre estuvo en la penumbra, como se va iluminando poco a poco con un extraño
destello de luz colándose por el resquicio de esa negra puerta que tanto tiempo
lleva oculta, con qué fuerza viene que es capaz de entrar por ese lado tan
inexistente para uno mismo. Inquietud e incertidumbre, no saber cómo
comportarse ante ese nuevo acceso que su apertura depende, en gran parte, de
otra persona y que tan en el olvido se quedó el recuerdo de cuando estuvo
abierto. No es solo temor lo que despierta ese destello sino también un extraño
anhelo por algo que parecía estar tan lejos y que ahora de nuevo se ve
acercándose y a la vez aumentando la presión del hogar. Temor o cobardía por
tener que compartir este espacio tan apreciado y no saber qué hacer por falta de
costumbre. Un pánico agridulce que no se sabrá si dejará pasar del todo esta
luz o mantendrá ese rincón oscuro como hasta entonces.
Estimado Maestro Reflexivo,
ResponderEliminarUno de tus mejores escritos, breve, conciso y repleto de tu magia particular.
No creo haber entendido la relación con la frase que encabeza la entrada, aun así, como todas las cosas buenas, no hace falta entenderlas, sino sentirlas, y he sentido una gran alegría con este "pseudopoesía" tuya.
Escribe siempre.
Un abrazo muy grande maestro reflexivo.