martes, 14 de febrero de 2017

Constante confianza





"Mostrar un constante apoyo es
la manera de darle confianza a quien la carezca"


Por fin suena la dichosa campana de la universidad, cómo se hace esperar y sobre todo hoy que la última hora del día la dedico a estudiar una asignatura que me tiene hasta el gorro, ella y la profesora que la lleva, muchos semestres arrastrando esta materia y me veo incapaz, no encuentro la manera, en poco mas de un mes es el examen y tengo que aprobar, solo de pensarlo me entra tal agobio que me supera, debo acabar esta carrera para empezar los estudios que realmente me interesan, esta es la última oportunidad y no lo veo nada claro, pasar una hora estudiando sin despistarme se me hace muy difícil. El cuerpo se me relaja una vez estoy dentro del coche, sabe que después de la comida, que ya está preparada, toca una siesta de las que da igual si cae una bomba justo en la misma calle, es sin duda el mejor momento del día. Después iré a inglés y el poco tiempo que me queda de tarde iré hacer los cuatro recados que mi madre me ha dejado, siempre me toca a mi y mira que somos en casa pero parece que para estas cosas solo esté yo. A la noche volveré a repasar algún temario de la asignatura antes de dormir, que ganas de sacármela ya de encima. Este fin de semana vendrán unos amigos de un familiar y me han dicho de estar con ellos que son de mi edad y no conocen la ciudad, otra cosa que me enchufan a mi aunque esto puede que resulte divertido sino, cumplo un día y el resto que se espabilen ellos, total esta ciudad tampoco es tan grande.
Ya viernes tarde, por fin estoy de fin de semana, hoy la siesta ha sido mas corta ya que ahora estoy de camino para encontrarme con mi cuñado y sus amigos. Al llegar, mi cuñado me los presenta, vaya cachondeo llevan y justo me entra mi típica timidez al introducirme en sus divertidas conversaciones, me causan buenas sensaciones, parece que estos días van a ser entretenidos con ellos.
Somos un grupo pequeño recorriendo las joviales calles de esta ciudad en una noche fresca de octubre,  hablando de temas intrascendentes que solo servían para reírnos sin parar, cosa que agradecía porque así no tenía que opinar mucho, me hacían sentir bien y a la que mi mente empezaba a divagar fuera de las conversaciones enseguida me daban un golpe o me ponían el brazo por encima para que volviera estar cuerpo y mente con ellos.
La vibración del móvil me despierta, con muchísimo sueño por la larga noche de ayer, miro los mensajes recibidos, son los chicos, ya  estaban desayunando cerca de mi casa, me ducho y me visto todo lo rápido que puedo para incorporarme con ellos, en mi casa se extrañan al verme salir a la calle tan temprano y para estar con gente que apenas conocía, tal vez no era muy habitual, pero estuve a gusto con ellos y me apetecía, me incorporo y me reciben con la misma alegría que cuando nos despedimos anoche, con fuertes abrazos que me hacen tensar como un palo helado.
Han pasado ya unas semanas desde que se fueron los muchachos y seguíamos teniendo mucho contacto a través del grupo que habíamos creado en el móvil y de las llamadas que nos íbamos haciendo de vez en cuando. Desde entonces solo me he centrado en estudiar para aprobar el examen que ya no queda nada y lo cierto es que me encuentro con mas ganas gracias a que en todo momento recibo apoyo y ánimos para seguir estudiando, muy pendientes ellos también de este examen y esa energía me ayuda a concentrarme, si me entra el agobio solo tengo que escribirles algo para que me den ánimos y volver a la carga. He incrementado las horas de estudio y mi concentración dura mas, así que he podido avanzar mucho y me veo con una mínima confianza para sacarme este examen de encima.
Días inquietos mientras espero la nota del examen, cuando lo hice respondí todas las preguntas y la sensación fue mas o menos buena pero aun así siento bastante nerviosismo, en los anteriores exámenes también respondí todo y no sirvió de nada. Los chicos no paran de repetirme que tienen buenos presentimientos, están seguros que aprobaré, eso me alegra y me da cierta tranquilidad cosa que me va bien y me hace tener algo de esperanza a mi también. Esta tarde publican las notas y no podré ir a la universidad a mirar la nota, me inscribí a un curso intensivo de inglés y tengo una prueba justo el mismo día, por suerte una compañera va a ver la suya y mirará si a continuación de mi DNI viene un "no aprobado" o simplemente sin la dichosa negación.
Estoy en medio de la  prueba y me empieza a vibrar constantemente el móvil y noto como si un bicho inquieto invadiera mi estomago, seguro que es mi compañera para avisarme del suspenso, la vibración se detiene y al cabo de unos minutos noto como se mueve el móvil de nuevo, esta vez mas breve, un mensaje de ella. El resto del examen lo hago sin prestarle mucha atención, deprisa y corriendo entrego el folio y salgo disparada de clase para mirar rápidamente el mensaje. He aprobado, en mi  DNI sale aprobado, no me lo creo, me descargo la foto que me ha enviado, una imagen con un listado y allí se veía bien claro, mi DNI y la magnífica y esperada palabra. Inmediatamente corro la noticia por el grupo del móvil de la familia y al de los amigos que han estado todos los días preguntándome por la nota. Qué alivio tan grande noto en mi, tantos años intentándolo y llegó el día, olvidarme de la universidad y de todo lo que conlleva, se acabó por fin el mal trago, ya he aprobado la asignatura, ya tengo la carrera.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Entrañable tucán





 
                                                         
"Hay momentos fugaces
que se nos quedan dentro eternamente"



Y otra vez me encontraba ahí parado escuchando esa historia del mismo hombre del bar con su brazo apoyado en la barra sujetando el ron en la penumbra, de cara a una galería vacía mientras contaba su historia de animales capaces de cambiar el mundo de una persona. Yo estaba de paso, cosa cada vez mas habitual, para darme las buenas noches con esa cervecita que te inunda de sueño y así dormir profundamente tras un día activo, pero ese hombre parecía que no tuviera fin, ni hogar, siempre nos encontrábamos en ese antro debajo de casa.
Mis días transcurrían con mucha tranquilidad, una rutina con varias opciones, disponía de tiempo y planificaba poco, algo que me fascinaba, dejarme llevar según lo que me ofrezca el día en si, priorizando los amigos y el deporte pero lo cierto es que los amigos cada vez tienen menos tiempo y es el deporte quien me acaba ofreciendo con quien compartir las distraídas tardes.
Salí a correr por las montañas del mediterráneo, un clima húmedo y con vegetación baja, viendo el sol caer sobre el mar calmado, temperatura fresca y una fauna casi inexistente, me hallaba solo con mis pulsaciones y la mente en blanco, sin mas preocupación que levantar bien las torpes piernas para no tropezar con las inmóviles rocas que tanto predominan en este paraje. Echando vistazos fugaces al entorno cada vez mas boscoso ya que me estaba entrando en el macizo, observé a una peculiar ave a lo lejos y bien arriba, avivé mi marcha para acercarme lo máximo posible y poder identificar a ese animal. Noté como iba aumentando la temperatura del ambiente, algo extraño porque el día se iba cerrando poco a poco, también incrementaba la humedad, una humedad cálida que hacía sudar hasta las plantas. El ser volador lo tenía más cerca, lo justo para saber solo que me resultaba extrañamente conocido, aceleré un poco más y caí que el pájaro se había convertido en mi amigo esa tarde, mi motivación para disfrutar del ejercicio físico. La calor y la asfixiante humedad me tenían intrigado como el animal, como esa flora tan tupida y viva tan atípica en esta zona, yo seguía apretando hasta que conseguí diferenciar al amigo y me detuve de golpe fascinado. Ahí estaba parado sobre la rama de un gran árbol, luciendo delante mío sus vivos colores y yo clavado como una estaca hipnotizado, observando lo exótico que me resultaba el ave y el maravilloso paisaje donde él me había traído. Su enorme pico naranjado con la punta negra no paraba de moverse, tratando de ocultarlo tímidamente entre su brillante negro plumaje, a la vez, se mostraba simpático y juguetón conmigo así que traté de acercarme hasta conseguir rozarlo con mucha delicadeza y aun así se enervó un poco, mostrándose un poco arisco y desconfiado pero seguía en su rama, abrió sus alas y expuso sus colores interiores tan llamativos, me lo tomé como un signo de aceptación y volví a iniciar la marcha ya que la atmósfera que se había creado me estaba llenando de energía, el gracioso tucán extendió sus alas de nuevo para seguirme iniciando al mismo tiempo un bonito cántico, volaba alrededor mío formando un especial vínculo, los dos disfrutábamos de aquel paseo por el desconocido bosque ganando cada vez más confianza. Qué fascinado me tenía, qué extrañas sensaciones me estaba provocando por dentro, no daba crédito a que un ser vivo pudiera despertarme tales emociones tan poco frecuentes en mi. Él seguía moviendo sus alas todavía más animado, se le veía disfrutar feliz tanto como a mi pero me  empezaba a pesar el cansancio, luchaba por seguir y no detener ese mágico momento no obstante mis piernas se fueron frenando poco a poco haciendo caso omiso de mi corazón insaciable. El tucán se posó en mi hombro, frotó su suave cabeza con mi cara y volvió a echar el vuelo siguiendo hacia adelante, yo reanimé mi marcha con fuerza después de esa muestra de afecto, duré apenas cinco minutos, mi cuerpo era incapaz de seguir y me senté apoyando mi agotado cuerpo contra un árbol pero él ya no se detuvo mas, siguió batiendo el alegre aleteo mientras lo veía alejarse con su extrema elegancia, impotente notaba como el frío y la tristeza entraban en mi cuerpo y apagaban esa llama que se había prendido
Todavía exhausto reposaba en la esquina del bar de debajo de casa refrescándome con un ron añejo, dándole vueltas a esa tarde, a ese extrovertido tucán que había hecho de una simple carrera, un viaje celestial que anhelaba volver a disfrutarlo.




jueves, 21 de abril de 2016

mirada fantástica



"Hay miradas que te sacan de tu fantasía
para llevarte a la suya"


Otro día más andando por el rutinario paseo que me abre el apetito para devorar la tan rica comida del sábado, absorto en mis pensamientos y en sueños platónicos que amenizan el ya conocido camino sacándome así pequeñas sonrisas. Me gusta divagar por mi imaginación, llenando mi mente de futuras ideas, aprovechando que el soñar es gratis salvo que te propongas conseguirlos, sueños de gran calibre que empezaría a disfrutar en la vejez después de una gran lucha por el ahorro económico que suponen, así aprendí a apreciar  lo bonito de soñar por soñar. Solitaria caminata bajo el sol de invierno después de una noche de lluvia que deja un día claro y limpio con un fresco olor húmedo en la flora mediterránea, olor que entra por mis fosas nasales llenando los pulmones al ritmo de mi acelerada respiración. De repente, oigo el crujir de unas ramas al ser pisoteadas, signo de una presencia que me sorprende, me hace salir de mi mente y alzar la cabeza lentamente hasta llegar a una altura donde siento un fuerte golpe en el pecho que me traslada a una caída libre hacia un nuevo paraje al que me voy acercando rápidamente, siento el pecho fuertemente oprimido, veo un mar blanco que rodea una isla de un brillante verde, adentrándome en ella mientras sigo cayendo hasta apreciar una fina capa de tonalidad marrón clarita que rodea una especie de pozo negro donde al parecer me estoy dirigiendo sin freno alguno, fugaz viaje cósmico que acaba al escuchar el saludo de una agradable voz que me devuelve al camino de siempre y con mi vista clavada en esa mirada que me incita a empezar una entusiasmada conversación.

miércoles, 1 de abril de 2015

Corazón de Horus




“Hay sentimientos que el corazón los acaba mostrando
aunque uno no quiera verlos"



Un fuerte temor se cuela por dentro al ver ese rincón que siempre estuvo en la penumbra, como se va iluminando poco a poco con un extraño destello de luz colándose por el resquicio de esa negra puerta que tanto tiempo lleva oculta, con qué fuerza viene que es capaz de entrar por ese lado tan inexistente para uno mismo. Inquietud e incertidumbre, no saber cómo comportarse ante ese nuevo acceso que su apertura depende, en gran parte, de otra persona y que tan en el olvido se quedó el recuerdo de cuando estuvo abierto. No es solo temor lo que despierta ese destello sino también un extraño anhelo por algo que parecía estar tan lejos y que ahora de nuevo se ve acercándose y a la vez aumentando la presión del hogar. Temor o cobardía por tener que compartir este espacio tan apreciado y no saber qué hacer por falta de costumbre. Un pánico agridulce que no se sabrá si dejará pasar del todo esta luz o mantendrá ese rincón oscuro como hasta entonces.

martes, 24 de marzo de 2015

Viajar libre





"Nada te hace aprender más que la amistad de un lugar que no es el tuyo."

Qué mágico es viajar!  Cuántas cosas nos aporta viajar, tantas que no somos capaces de asimilar todo aquello que nos ofrece el destino que elegimos para escapar de la rutina, una escapada tan necesitada que intentamos exprimirla al 200 por cien de nuestra capacidad que acaba convirtiéndose  un estrés agridulce.

Una vez se tiene elegido el destino que se quiere visitar hay que ver que ofrece dicha ciudad para disfrutar y te informas vía internet o guías turísticas  de todo aquello que parece interesante dedicarle un tiempo, cuadras tu instancia de tal manera que puedas ver lo máximo posible. Una planificación tan tupida de cosas nuevas que, acostumbrado al ritmo rutinario del resto del año, a tú celebro no le da tiempo a disfrutar 100% de esa escapada tan deseada, suerte que hay videocámaras/cámaras de fotografías que te ayudan a recordar aquello que tu memoria borra por exceso de información. Y es que las guías no recomiendan sentarte en una plaza y pasar toda una tarde  tomándote un refresco y tratar de entablar una conversación con alguien autóctono o preguntar a los demás huéspedes del sitio donde descansas si desean pasar una tarde juntos olvidándose así de cualquier planificación.

Para mí lo mejor de viajar no es ver sitios nuevos, ampliar conocimientos históricos del lugar, comparar con lo que ofrece tu ciudad...y que es lo realmente bueno os preguntaréis si lo dicho es bueno...pues socializarse con gente diferente, llegar a sacar una amistad  y poder darle la oportunidad que conozca tu ciudad. Nada te hace aprender más que la amistad de un lugar que no es el tuyo. En mis últimas escapadas vacacionales he salido de mi casa con la maleta/mochila, el billete y un lugar donde dormir, eso es todo. Todo lo demás me lo ha dado el mismo lugar una vez me encontrado allí sin saber nada más, y realmente estoy tan agradecido de haber aprendido a viajar de esta manera que el haberme perdido la visita de un lugar súper característico no me hace arrepentirme de esas cervezas en una plaza toda una tarde como si en el bar de abajo de tu casa se tratase pero con una gran diferencia, gente nueva que jamás hubiera compartido tanta risa sin ese momento. Me he pasado 4 días de fiesta nocturna en ciudades llenas de edificios emblemáticos que desconozco pero que puedo ir a visitarlos cuando quiera gracias a la amistad que conseguí con unas copas de más.

Los sitios turísticos por lo general, perduran en la ciudad, las oportunidades para conocer a alguien son precisos y espontáneos.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Subestimando amor



“El amor es subestimado 
cuando solo se le menciona para referirse a las parejas”


Por fin ha llegado el momento, a finales de mi cuarto de siglo, siento que puedo decir que estoy realmente enamorado, para algunos demasiado pronto, para otros ya era hora pero para mí, solo importa haberme enamorado de ella. Si las mariposas son la muestra de esta fase, ella convierte cada experiencia que disfrutamos juntos en una selva tropical, llena de verde esperanza y de negras tormentas que acaban trayendo la calma en mí. Una relación muy variada, compuesta por mi plena confianza en ella y mucha gente venida y por venir que nos rodea y alimenta nuestro amor amando por igual a esa misma gente. Si algo hemos aprendido es que el celo no sirve para unir, más bien separa y que la libertad es un sentimiento tan fuerte que su ausencia llama al rechazo directo y para nada quisiéramos romper este lazo que hemos conseguido unir tras mucho tiempo conversando y reflexionando juntos con este final de cuento de hadas que me ha dado esta Vida. Mi deseo más fuerte para seguir con este amor eternamente hasta el fin de mis días y que ella sea capaz de enamorar a muchas personas más para que entiendan que el enamoramiento es algo más que un sentimiento de noviazgo o matrimonial, el amor está en todo lo que nos rodea y debemos sentirlo intensamente también.
No es más que ella, la vida, esta compleja e incomprensible vida que me acelera, enloquece y apacigua día a día de la misma manera que las personas, porque nuestra vida, entre otros, la forman personas y ella es como somos todos los seres vivos.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Educación libre



"Uno aprende felizmente
cuando se siente libre con ello"
 
 
El gallo, junto al alba, me despierta una mañana mas, tras crecer unos milímetros y un profundo bostezo,  me pongo la camisa mantel y los pantalones de tiras, mi habitual vestimenta rutinaria, hoy toca matemáticas y ética, pero primero a coger fuerzas con un buen desayuno junto a mis risueños abuelos. Cuando la barriga queda satisfecha, nos calzamos los tres con botas de agua, salimos al trastero, cogemos las dos carretillas llenas de herramientas, un par de cestas y marchamos hacia los terrenos a trabajar la tierra, recoger la verdura y la fruta madura para mañana ir al mercadillo semanal de la, como dicen mis ascendientes, civilización. Codo con codo con mi abuelo vamos arrancando los puerros a la vez que voy recibiendo las primeras clases del día con cálculo mental, materia difícil pero útil en el escaparate, estos últimos meses ya estoy despachando clientes, algo que me gusta mucho y me ayuda a tener ganas de hacer más cálculo. La clase acaba una hora antes de volver a casa para comer, en esta hora seguimos en el campo callados, repasando los ejercicios por dentro.
Con la barriga llena otra vez volvemos a la segunda etapa del día, más corta y llevadera, ahora junto a mi dulce abuela, recogemos lo de esta mañana para después prepararlo y llevarlo mañana con la demás materia recogida el resto de días. La asignatura de ahora es distraída y amena aunque siempre acabo quedándome mudo sin saber que decir justo antes de acabar el día, cosa que me fastidia porque me acuesto dándole vueltas hasta que por fin tengo algo que decirle a la mañana siguiente sobre "¿Qué sentido tiene relacionar aprender, felicidad y libertad?"
Hoy, antes que el gallo, mi abuelo me despierta con una caricia y un beso, es día para ganar gran parte del dinero de casa, me pongo la ropa limpia, que mi abuelo preparó anoche y desayunamos los tres juntos, nos calzamos con botines antes de subir en la furgoneta de mi abuela y marchamos para la civilización. Cuarenta y cinco minutos de camino donde escuchamos la radio, noticias sobre tierras lejanas llenas de cosas malas, pobrecitos. Una vez llegamos, montamos el escaparate en el lugar de siempre, justo en frente  del camión donde tenemos los productos a vender. Empiezo a tratar con los primeros clientes del día, mi abuelo prepara los encargos y mi abuela recorre el pueblo en busca de nuevos pedidos y aprovecha para comprar cosas para la casa. Cuando está de regreso, después de toda la mañana andando, se sienta y come un bocadillo junto a su marido mientras yo sigo con la amable y simpática gente con la que siento una gran estima con cada uno de ellos y ellos conmigo. Cuando mi abuela acaba de comer me sustituye y llega mi momento para dar una vuelta, comprar mi comida y visitar a amigos que están en otras paradas vendiendo. De camino a la pizzería veo una mujer mayor andando de frente con cierta dificultad de lo cargada que va con todas las compras de la semana, en el tiempo que me dispongo a ayudarla, una multitud de niños con un balón  pasan como un huracán por al lado, tirando así, las compras de la pobre mujer, rápidamente le ayudo a levantarse y me agacho a poner las cosas dentro de las bolsas de nuevo, cuando enfurecida me grita:
— ¿Porqué no te vas con tus amiguitos a hacer el gamberro?
— No son mis amigos, ellos están en el recreo del colegio —respondo apenado con un sentimiento de culpabilidad
— Y siendo un niño...¿Qué haces que no estás en el colegio? —me vuelve a preguntar, pero antes que vaya a responder se anticipa cambiando su expresión enfurecida por una sonrisa —a esta hora todavía no habrás comido, ¿Quieres comer en mi casa? Hay comida de sobras y así, me ayudas con las bolsas —Asiento agradecido, acarreo con todas las bolsas que puedo y empiezo a explicarle que estoy viviendo con mis abuelos y ellos mismos me enseñan las asignaturas del colegio mientras les ayudo con el campo, motivo por el cual no asisto al colegio. Me sorprende su expresión como si fuera la primera vez que escucha algo así.
Al acabar de comer, la mujer promete irme a ver en el escaparate la semana siguiente y conocer a mis queridos abuelos. Corriendo vuelvo para retomar el negocio que hoy me retrasado más de lo normal y estarán preocupados. Al acercarme veo dos hombres uniformados de azul con una gorra en la mano hablando con mis abuelos, ambos parecen muy preocupados, me pregunto que habrá pasado, parece que todo esté bien salvo sus expresiones rotas, arranco a correr de nuevo, pero todavía más rápido, hasta llegar abrazar a mi abuela que me responde con un fuerte achuchón en la cabeza. No entiendo nada por lo que discuten, sólo veo a mis abuelos llorar y suplicar en el momento que uno de los hombres me lleva arrastrándome hasta meterme en su coche, empiezo a chillar a mis abuelos para que me ayuden, pero fríos como el hielo se quedan petrificados. El coche arranca y las lágrimas empiezan a recorrer mi cara descompuesta. Llegamos a un edificio oscuro y grande con una enorme puerta de barrotes con las grafías de hierro "colegio interno" donde me está esperando un hombre y una mujer para recibirme y llevarme dentro del edificio.